Todos nos hemos enfrentado a alguna
vez al olvido de la materia memorizada anteriormente. Este proceso de olvido no
es nuevo, de hecho se conoce desde el siglo XIX gracias al estudio de La Curva
del Olvido. Comprender cómo funciona esta curva es la mejor manera de evitar
que la situación anterior vuelva a repetirse.
La curva del olvido explica cómo
retenemos la información que estudiamos. Todos sus cálculos se basan en 1 hora
de estudio.
A continuación se describe lo que
ocurre con esta curva desde el primer día que nos ponemos a estudiar hasta los
días sucesivos:
Día 1: Este es tu primer día de
estudio. Comienzas con un conocimiento de 0% (es decir, no sabes absolutamente
nada del tema) y al final del estudio obtienes un conocimiento de 100%. Esto no
quiere decir que te hayas convertido en un experto de repente. El 100 es la
medida máxima que has conseguido nada más cerrar el libro. Para unas personas
este 100 puede estar más cargado de información que para otras. Todo depende
del grado de concentración que le has dedicado a esa hora de estudio.
Día 2: Si durante este día no haces
nada para recordar lo aprendido el día anterior (aunque sólo sea pensar un poco
en ello), por la noche habrás olvidado entre 50%-80% de toda la información. Es
decir, tan sólo recordaras el 50%-20% de esa hora de estudio. Nuestro cerebro
recibe un bombardeo continuo de información cada día y por esta razón tiene que
eliminar la información que no considera importante. Nuestro deber es
comunicarle al cerebro cuáles son las partes que debe retener. La mejor manera
de hacerlo es mediante el repaso.
Día 7: Una semana después sólo
recordaremos un 10% de toda la información aprendida durante el primer día.
Día 30: Si ha pasado 1 mes y no
hemos hecho nada en todo este tiempo por recordar lo estudiado, tan sólo
mantendremos un 2% de la información aprendida en aquel día tan lejano. Volver
a estudiar de nuevo ese tema es casi como cogerlo de cero.
Comprender todo el proceso anterior
nos permite alterar la forma de la curva para que juegue a nuestro favor.
Tan sólo necesitamos invertir una
cantidad de tiempo muy pequeña durante los días sucesivos para que la curva no
descienda. A continuación podéis ver la línea amarilla que describe la nueva
curva.
Día 2: Tan sólo son necesarios 10
minutos de repaso durante este día para volver a colocar la curva en el 100.
Quiero puntualizar que estos 10 minutos se corresponden con 1 hora de estudio
inicial. Es decir, si inicialmente estudiaste 3 horas, en este segundo día
tendrás que hacer un repaso equivalente de 30 minutos.
Día 7: Sólo necesitas 5 minutos
para reactivar toda la información (siempre teniendo en cuenta que ya hiciste
una reactivación durante el día 2). Si estudiaste 3 horas, necesitarás 15
minutos para reactivar la información.
Día 30: Si has ido repasando
puntualmente durante los días anteriores, llegado el día 30 tan sólo
necesitarás 3 minutos para recordar el contenido de aquella hora de estudio.
Así que, si somos constantes probablemente nuestro rendimiento de estudio
mejore.
Además de esto, os dejo a
continuación algunas técnicas que pueden hacer mejorar la memoria:
- Dormir bien. Atesorar sueño de buena calidad ayuda a que la memoria funcione mejor en la vejez y, además, dormir profundamente en la infancia, juventud y mediana edad tiene efectos beneficiosos inmediatos sobre el aprendizaje y la memoria.
- Dormir una siesta después de estudiar. Esta siesta nos ayuda a consolidar lo aprendido y a recordarlo mejor. Ya lo dice el refrán, lección dormida, lección aprendida... Incluso los más pequeños, con su siesta en la guardería, están memorizando o fijando los comportamientos y habilidades adquiridas previamente.
- Reproducción de sonidos sincronizados durante el sueño. Las oscilaciones en la actividad cerebral que se producen durante el sueño de ondas lentas son críticos para retener recuerdos. Una investigación de la Universidad de Tübingen ha encontrado que la reproducción durante el sueño de sonidos sincronizados con el ritmo de las oscilaciones cerebrales lentas aumenta la memoria.
- Cerrar los ojos para recordar mejor.
- No sobrecargar la memoria utilizando reglas nemotécnicas. Se puede aprender el contenido con música, construyendo una palabra con las iniciales de los puntos a recordar o formar una frase con una serie de conceptos que necesita memorizar. Esta clase de trucos funcionan y dejan la memoria un poco más descargada. También funciona relacionar los nuevos conocimientos con otros anteriores, para que no se pierdan en los archivos del cerebro. O asociarles una imagen (memoria visual).
- Salir a caminar o correr tras estudiar. El cuerpo pide moverse después de pasar tanto tiempo sentado y la memoria lo agradece también, según una investigación de la Universidad de California. El efecto puede deberse a la liberación de norepinefrina inducida por el ejercicio. También conocida como noradrenalina, es un mensajero químico que juega un papel importante en la modulación de la memoria. De hecho el aumento de la norepinefrina con fármacos agudiza la memoria.
- La práctica de mindfulness. Tan sólo dos semanas de entrenamiento en esta técnica pueden mejorar significativamente la comprensión lectora, la capacidad de la memoria de trabajo, y la concentración.
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