Así dio comienzo Rita Barberá, alcaldesa de Valencia, a las fiestas más representativas de la ciudad. Yo no estuve presente y lo cierto es que me alegro porque prefiero no haber presenciado semejante desprecio a la cultura de mi ciudad. Nos podemos tomar con humor hasta cierto punto lo que ha pasado a pesar de que sea para ponerse a llorar, pero lo cierto es que no tiene gracia.
Después de llevar más de 20 años en la alcaldía de la ciudad de Valencia esta mujer no es capaz de pronunciar un mísero discurso en la lengua de la propia ciudad presentando las fiestas que tantos valencianos esperamos con ansias año tras año. No es suficiente con pedir disculpas y más encima cuando sólo las pide a los falleros y a sus compañeros; ¿y los demás valencianos qué? ¿no se merecen también respeto?
Además, hay que tener presente que la alcaldesa de una ciudad ha de conocer la lengua de la misma, ¿qué menos se puede esperar de ella? Vergonzoso, indignante, ridículo. Esta persona tiene la función de representar a todos los ciudadanos de esa ciudad y a mi, por lo menos, no me representa.
No es cuestión de quedarse en blanco o no, o tener un mal día, sino de preocuparse por la educación. Es difícil tratar de extender una lengua que cada vez menos gente habla cuando ni siquiera la alcaldesa de la propia ciudad apoya el conocimiento de esta.
Simplemente no entiendo como una persona así puede llevar tanto tiempo representando al pueblo valenciano; espero que en estas próximas elecciones consiga la alcaldía una persona culta que abogue por fomentar la cultura de la ciudad y apoyar la educación.
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