La lectura es uno de los mayores placeres de la vida y así se lo hemos de hacer sentir a los niños. Leyéndoles e inculcándoles el gusto por la lectura les acercamos a un mundo lleno de posibilidades dónde pueden desarrollar sus capacidades imaginativas y creativas y las áreas afectiva, lingüística e intelectual.
También les acerca a cada una de las emociones existentes ya que al leer pueden reír, llorar, entristecerse, indignarse, soñar... y compartir todo ello con las personas que le rodean. Los libros permiten además, conocer otros mundos, descubrir nuevos países, personalidades, viajar a través del tiempo y el espacio, etc.
El hábito de la lectura se ha perdido mucho debido a los cambios que se han producido en la sociedad. Las nuevas tecnologías dan acceso a un mundo más amplio y visual con el que todo parece más fácil; de este modo, muchas personas se acomodan y pierden la capacidad imaginativa ya que todo queda demasiado explícito.
La lucha por evitar la desaparición del hábito lector ha de llevarse a cabo tanto desde la escuela como desde casa, debe haber tiempo tanto para el uso de las nuevas tecnologías como para la lectura. Fomentar su interés no siempre es sencillo, pero a continuación os dejo 5 estrategias que pueden ser útiles:
- Predicar con el ejemplo
En la infancia el modelo del adulto es muy importante pues los niños aprenden muchísimas cosas por imitación de éste. Por tanto, deberá dar ejemplo leyendo ya que si desde que el niño es muy pequeño ve al adulto acompañado por un libro, es más probable que se sienta interesado, pregunte, y quiera hacerlo él también.
- Exposición temprana
Aunque puede parecer que cuando son muy pequeños no entienden porque no pueden comunicarse, observan y escuchan constantemente por lo que leyéndole el adulto lo estimulará permitiéndole que acceda al mundo de la poesía, de la rima, del relato...
Escuchar una voz conocida, la entonación, la trama de la historia... son pequeños escalones que llevan a su cerebro a madurar poco a poco para en un futuro poder asentar de forma adecuada el proceso lector-escritor.
- Organización
Es necesario que el adulto establezca horarios, hábitos y normas para que el niño se sienta seguro al saber qué se espera de él en cada momento y aprenda a gestionar su tiempo
- Ofrecer libertad de lectura
La lectura no ha de ser una obligación, sino que ha de ser un momento placentero, por tanto, al ofrecerle algún libro hay que tener en cuenta las características del niño, sus necesidades y sus preferencias. También se puede relacionar una película que le guste con el libro en el que está basado para que sepa que hay una estrecha relación entre la tecnología y la literatura.
- Prestarles atención
En la sociedad en la que vivimos reina el estrés y la falta de tiempo para hacer cosas, pero es necesario sacar un ratito para hablar con los niños y responder a sus preguntas, ideas o comentarios. Esto avivará su interés por compartir experiencias y fomentará el desarrollo de su expresión verbal.
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