La dactilopintura es ideal para trabajar con los pequeños ya que es una actividad sencilla y divertida con la que se puede utilizar para estimular a los niños y niñas.
Utilizar las manos para pintar favorece el desarrollo de la motricidad fina, de la coordinación óculo-manual, la expresión y la creatividad, así como la toma de conciencia de la fisionomía de sus manos (dedos, huellas dactilares, uñas, palma de la mano, nudillos, lateral de la mano, muñecas), brazos y pies. También es un buen recurso que fomenta la expresividad y la evolución del niño al tiempo que elimina inhibiciones, favorece la autoestima y produce una gran satisfacción.
Esta pintura podemos comprarla o incluso pasar un divertido rato con los niños creándola nosotros mismos. Esta última opción nos aprovecharía para trabajar la estructura de una receta y procedimientos matemáticos al calcular cantidades y medirlas. El material necesario y el modo de preparación es el siguiente:
Material
- 2 tazas de agua fría
- 4 cucharadas de azúcar
- 1/2 taza de maicena (se puede añadir un poco más si es necesario)
- Colorante alimenticio de varios colores
Elaboración
- Mezclar el agua, el azúcar y la maicena en un bol.
- Introducir la mezcla en una cacerola y ponerla a calentar, primero a fuego lento y luego a fuego medio durante unos 5 minutos o hasta que la mezcla se espese.
- Retirar del fuego y dejar enfriar.
- Verter la mezcla tantos recipientes como colores queramos hacer repartiéndola equitativamente.
- Agregar unas gotitas de colorante alimenticio removiendo hasta que quede totalmente mezclado.
- Cerrar los contenedores herméticamente y conservar en un lugar fresco.
A la hora de realizar esta actividad es necesario tener en cuenta dos ítem:
- Tener preparado el lugar donde van a lavarse los niños después de utilizar la pintura.
- Dejar secar los trabajos de forma horizontal para que la pintura no se deslice.
- No tirar las producciones de los pequeños, ya que les encanta mostrarlas y enseñarlas, reforzando así su autoestima.
Es importante recordar que la mayoría de veces que se utilice esta técnica es conveniente dar libertad a los niños para que se expresen como deseen, sin cohibirlos. El objetivo de la actividad es que disfruten y experimenten, no la creación de productos artísticos. Lo importante es el proceso, no el producto.
No obstante, también se pueden hacer actividades dirigidas que nos sirvan de apoyo a los contenidos que estemos tratando en el aula. A continuación muestro algunas de las actividades dirigidas que se pueden realizar:
Animales como arañas, abejas, conejos, cangrejos, jirafas, pavos, caracoles, aves exóticas, dinosaurios, cocodrilos, elefantes, gallos, aplomas, mariquitas, mariposas, peces, langostas, renos...
Y otras muchas cosas como arcoiris, calendarios, barcos, conceptos que estemos trabajando, antifaces, un acuario compuesto por los peces (manos) de cada niño/a y su nombre, papá noel, flores, árboles, retratos, dibujos libres en la mesa de la clase...
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