Muchas personas, entre ellas el gran premio nobel Gabriel García Márquez, han luchado por que la igualdad se considere imprescindible en nuestra sociedad. Nosotros debemos continuar esa lucha desde el lugar más idóneo posible, al que sólo algunos tenemos acceso, desde las aulas.
Ayer, 25 de noviembre, fue el día mundial contra la violencia de género, un día en reconocimiento para todas aquellas mujeres que perecieron a manos de una sociedad machista que se ha basado en el patriarcado.
La igualdad es un derecho que necesariamente ha de inculcarse desde la escuela, debemos educar a los niños y niñas haciéndoles saber que no hay que discriminar a nadie por razón de sexo, raza o edad. También es muy importante trabajar la asertividad y la canalización de las frustraciones a través del desarrollo de la inteligencia emocional, puesto que la falta de trabajo en este ámbito es una de las posibles causas de maltrato. Cambiar costumbres que están tan arraigadas en la sociedad es muy complicado, por lo que la educación ha de actuar desde la base.
Las familias por su parte, tienen un importante papel en esta educación, puesto que la primera socialización se produce en su seno. Reproducir costumbres sexistas en casa sólo provocará que el niño o la niña asuma el papel de dominante o sumisa que vea en casa, de modo que cuando crezca se comportará del mismo modo. Deben aprender que las tareas se reparten entre todos los miembros, que el respeto prevalece ante todo y que cualquier persona es apta para hacer cualquier tarea.
Para finalizar esta pequeña reflexión me gustaría recomendaros un libro que he leído hace poco que trata sobre este tema "La violencia de género explicada a mi hijo" de Zacarés, A. Su contenido demuestra cómo la curiosidad natural de los niños es la mejor aliada de la educación, cómo se puede aprovechar para explicarles la realidad social y hacerles reflexionar sobre la sociedad en la que quieren vivir.