dissabte, 2 de maig del 2015

Motricidad fina




La motricidad fina es el tipo de motricidad que permite hacer movimientos pequeños y muy precisos. Su desarrollo es el resultado de los logros alcanzados por el niño en el dominio de los movimientos finos de la mano, los pies, la coordinación óculo-manual, óculo-pedal, la orientación espacial y la lateralidad, bajo la influencia del adulto, quien de manera intencionada o no, le va mostrando los modos de conducta motriz socialmente establecidos, que permiten al niño desarrollar su independencia, realizar acciones cada vez más complejas y perfeccionarlas.

La edad preescolar es considerada como el momento en el cual la estimulación constituye un determinante del desarrollo por una serie de factores que lo proporcionan: el acelerado crecimiento, el desarrollo de los sistemas sensoriales, del sistema osteomioarticular, la facultad de establecer innumerables conexiones nerviosas temporales, así como el proceso de mielogénesis, que constituyen la base fisiológica que permite configurar las condiciones para el aprendizaje de las diferentes acciones. Asociados a estos también están los períodos críticos o sensitivos del desarrollo, la infinita capacidad de asimilar la experiencia social trasmitida por el adulto y la vivida por el niño.

A continuación nombraré una serie de ejercicios, materiales y juegos que podemos realizar nosotros mismo destinados al desarrollo de la motricidad fina:

Ejercicios para las manos y los dedos:

  • Tocar, apretar, sacudir, golpear, pellizcar, agitar, agarrar y soltar, palmear, frotar palmas y objetos de diferentes texturas y tamaños.
  • Hacer diferentes combinaciones de movientos con palmas y dedos unidos: enlazar, separar y unir dedos separar palma y dedos manteniendo las yemas unidad, acariciarse...
  • Flexión, extensión, círculos de las manos y los dedos.
  • Tamborilear.
  • Teclear.
  • Subir una escalera imaginaria con los dedos (en el aire, en la pared o que la formen los dedos de la otra mano).
  • Teniendo el puño cerrado ir abriendo los dedos uno a uno; "contar".
  • Decir que sí y que no con los dedos y las manos.
  • Saludar y despedirse moviendo la mano; crear un saludo con gestos de manos y dedos.
  • Apretar pelotas de diferentes tamaños y materiales y pasárselas de una mano a otra.
  • Tocar indistintamente con un dedo de la mano: nariz, orejas barbilla, frente, pelo, rodilla, codo, cejas, boca, ojos, ombligo, etc.
  • Taparse y descubrirse la cara.
Ejercicios para los pies y sus respectivos dedos 
  • Juntar las plantas de los pies.
  • Flexión y extensión de los dedos
  • Realizar círculos con los pies hacia ambos lados.
  • Caminar por superficies de distintos materiales.
  • Rodar objetos cilíndricos con la planta de los pies (pelotas, cuerdas, bastones, etc).
  • Agarrar objetos con los dos pies.
  • Agarrar objetos con los dedos de los pies.
  • Levantar y agachar los dedos.
  • Caminar de puntillas y, después, con los talones.
  • Saltar de puntillas y, después, con los talones.












































Consultas realizadas:
http://www.imageneseducativas.com/actividades-manipulativas-para-mejorar-destrezas-y-desarrollar-la-motricidad-fina/
http://www.mujerhoy.com/ser-madre/bebes/desarrollo-creativo-motricidad-fina-752157112013.html
http://aceru1904.blogspot.com.es/
http://www.imageneseducativas.com/super-coleccion-mas-de-50-juegos-y-actividades-para-estimular-y-trabajar-la-motricidad-infantil/

diumenge, 26 d’abril del 2015

Repensar el aprendizaje de las matemáticas



Hoy voy a hablar sobre un libro que me leí hace poco: Repensar el aprendizaje de las matemáticas. Matemáticas para convivir comprendiendo el mundo.

Este libro narra historias de diversas aulas de primer ciclo de educación primaria de varias escuelas públicas de Menorca y en alguna otra del área de Barcelona. Va dirigido a los maestros con el objetivo de hacerles reflexionar sobre el aprendizaje de las matemáticas desde la perspectiva de las interacciones comunicativas que crean las comunidades de aprendizaje.

Al comenzar a leerlo no sabía con qué me iba a encontrar, pero decidí hacerlo porque creo que es necesario un cambio profundo en la concepción de la enseñanza de las matemáticas. Actualmente los profesores y maestros se ciñen a enseñarlas como operaciones aisladas del mundo sin darse cuenta de que las operaciones básicas no tienen sentido por sí mismas si no se incluyen en el marco de resolución de problemas y en el de la comprensión algebraica de los números y de sus relaciones. Incluso los problemas pueden dejar de tener sentido si no nos ayudan a comprender y compartir la realidad. Es más, esta comprensión tiene que servir, en última instancia para entender mejor las necesidades que tenemos como personas y para iniciar un camino para solventarlas.

Si buscamos un aprendizaje significativo en este área deben darse tres situaciones simultáneas:
  1. Que los procesos matemáticos de las aulas estén formados por temas matemáticos realmente importantes y conectados globalmente entre ellos.
  2. Que los alumnos participen en estos procesos apoyándose en sus conocimientos y en las experiencias que hayan vivido.
  3. Que los pequeños sean conscientes de los porqués sobre las situaciones en las que van a calcular, y a los porqués de las distintas estrategias que utilizan; y también al por qué es importante que la persona gestione sus propios saberes, se abra al sentido que tienen los argumentos de otros o aprenda a usar las prácticas matemáticas del entorno social tal y como las realizan los adultos.
Los contenidos y las situaciones que derivan de la vida diaria en las aulas necesitan de las matemáticas para tener un sentido pleno y son, al mismo tiempo, una fuente de primer orden para construir un sentido para las prácticas matemáticas: votaciones, control de materiales de clase, listas de asistencia, manejo del calendario, etc., y diversas situaciones problemáticas colectivas: preparación del Carnaval, cuestiones relacionadas con los proyectos de trabajo, etc., que hacen que los niños atribuyan un sentido y una razón de ser a las matemáticas.

La intervención del maestro es clave para:
  • Asegurar que las criaturas vivan experiencias adecuadas de resolución de problemas, de comunicación, de escritura y lectura de textos, usando lenguajes simbólicos y verbales, de pensar utilizando también objetos e imágenes, de utilizar herramientas como el compás o la cinta métrica en sus comunicaciones...
  • Plantear interrogantes que hagan que el alumno reestructure su pensamiento con relación a determinadas afirmaciones o razonamientos.
  • Ayudar a establecer nuevas conexiones con la idea de favorecer el aprendizaje y diseñar experiencias que les permitan construir una visión nueva de las cosas y de los números.
  • Cooperar con los niños, compartiendo con ellos nuestros conocimientos, al mismo tiempo que evitamos aplastar su conciencia con nuestras convicciones adultas.
  • Abrir el aula a nuevas realidades introduciendo las prácticas de otras personas, como puede ser cómo calcula el autor de un libro de texto, cómo miden los padres o los comentarios de personajes históricos o las prácticas de civilizaciones lejanas.
Tenemos que plantearnos dudas, necesidades o intereses que impulsen nuestro aprendizaje y que den sentido a las experiencias que estamos viviendo cuando calculamos, cuando medimos o cuando organizamos información. Solamente así podemos comprender qué significa usar la cultura matemática para manejar información real y para convivir  basándonos en el conocimiento. El trabajo por separado de cada uno  de los contenidos desvirtúa la naturaleza de lo que se debe aprender, haciendo imposible su aprendizaje.

Por otro lado, cuando potenciamos el trabajo individual y competitivo en el que el modelo válido es aquel niño que resuelve meticulosamente todas las cuestiones según unos cánones preconcebidos y establecidos por el adulto, negamos al alumnado la posibilidad de pensar por sí mismo, le impedimos experimentar con la herencia cultural que existe en las prácticas matemáticas de su entorno social y le hacemos desconfiar de su razonamiento y de su capacidad para resolver cuestiones.

Así, si queremos que la concepción de las matemáticas en las aulas cambie y pase a tener sentido debemos plantearnos estas cuestiones y muchas otras.

divendres, 27 de març del 2015

Dactilopintura


La dactilopintura es ideal para trabajar con los pequeños ya que es una actividad sencilla y divertida con la que se puede utilizar para estimular a los niños y niñas.

Utilizar las manos para pintar favorece el desarrollo de la motricidad fina, de la coordinación óculo-manual, la expresión y la creatividad, así como la toma de conciencia de la fisionomía de sus manos (dedos, huellas dactilares, uñas, palma de la mano, nudillos, lateral de la mano, muñecas), brazos y pies. También es un buen recurso que fomenta la expresividad y la evolución del niño al tiempo que elimina inhibiciones, favorece la autoestima y produce una gran satisfacción.

Esta pintura podemos comprarla o incluso pasar un divertido rato con los niños creándola nosotros mismos. Esta última opción nos aprovecharía para trabajar la estructura de una receta y procedimientos matemáticos al calcular cantidades y medirlas. El material necesario y el modo de preparación es el siguiente:

Material
  • 2 tazas de agua fría
  • 4 cucharadas de azúcar
  • 1/2 taza de maicena (se puede añadir un poco más si es necesario)
  • Colorante alimenticio de varios colores
Elaboración
  1. Mezclar el agua, el azúcar y la maicena en un bol.
  2. Introducir la mezcla en una cacerola y ponerla a calentar, primero a fuego lento y luego a fuego medio durante unos 5 minutos o hasta que la mezcla se espese.
  3. Retirar del fuego y dejar enfriar.
  4. Verter la mezcla tantos recipientes como colores queramos hacer repartiéndola equitativamente.
  5. Agregar unas gotitas de colorante alimenticio removiendo hasta que quede totalmente mezclado.
  6. Cerrar los contenedores herméticamente y conservar en un lugar fresco.

A la hora de realizar esta actividad es necesario tener en cuenta dos ítem:
- Tener preparado el lugar donde van a lavarse los niños después de utilizar la pintura.
- Dejar secar los trabajos de forma horizontal para que la pintura no se deslice.
- No tirar las producciones de los pequeños, ya que les encanta mostrarlas y enseñarlas, reforzando así su autoestima.

Es importante recordar que la mayoría de veces que se utilice esta técnica es conveniente dar libertad a los niños para que se expresen como deseen, sin cohibirlos. El objetivo de la actividad es que disfruten y experimenten, no la creación de productos artísticos. Lo importante es el proceso, no el producto.

No obstante, también se pueden hacer actividades dirigidas que nos sirvan de apoyo a los contenidos que estemos tratando en el aula. A continuación muestro algunas de las actividades dirigidas que se pueden realizar:

Animales como arañas, abejas, conejos, cangrejos, jirafas, pavos, caracoles, aves exóticas, dinosaurios, cocodrilos, elefantes, gallos, aplomas, mariquitas, mariposas, peces, langostas, renos...




                                          
             










 Y otras muchas cosas como arcoiris, calendarios, barcos, conceptos que estemos trabajando, antifaces, un acuario compuesto por los peces (manos) de cada niño/a y su nombre, papá noel, flores, árboles, retratos, dibujos libres en la mesa de la clase...